Aragon, tres provincias rotas













Aragon, tres provincias rotas
Fotos copiadas CNT archivo

Aragon front

Arrivada de una columna confederal en un pueblo de Aragon

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blindado durruti

BUNKER EN EL FRENTE DE ARAGÓN - 23 MARZO 1938

Coche del cuartel general de la división Ascaso huesca

columna durruti

En plena linea de fuego los milicianos tambien atienden a su aseo personal

Grupo de milicianos

Las fuerzas del la 26 División (Columna Durruti) atacan y obtienen la victoria sobre monte oscuro

Miembros de la Sección 26 (Columna Durruti) en espera de una carta de casa

Miliciano y el cabo de pontoneros al desbordamiento del Ebro 1936

Patrulla  en el frente de Aragón

Periodico mural que la División 26 (Columna Durruti)

Soldados y civiles junto a dos vehículos con las siglas CNT, UGT, UHP y FAI Sietamo






Frente de Aragón



En las tres capitales de provincia en manos de los militares golpistas, los sindicatos UGT y la poderosa CNT decretaron la huelga general que fue sofocada violenta y rápidamente. Las cárceles se llenaron de sindicalistas, cargos públicos republicanos, obreros y campesinos, intelectuales, hombres y mujeres que serían llevados al paredón en un verano de «terror caliente» en el que se desvanecía para siempre la gran esperanza republicana del 14 de abril.

La línea del frente. Aragón 1936-1938
Guerra Civil en Aragón, un territorio dividido

El golpe de Estado contra la República triunfó en las capitales de las tres provincias aragonesas. El general Miguel Cabanellas, jefe de la 5ª Región militar de la que dependían Huesca, Zaragoza y Teruel, tras unos primeros momentos de incertidumbre, declaró el Estado de guerra sumándose a la sublevación. También se adhirieron a la asonada militar el general Gregorio de Benito, al frente de la guarnición de Huesca y el comandante Mariano García Brisolara, de la caja de reclutas de Teruel. La Guardia Civil envió instrucciones a los destacamentos rurales para que se adhirieran a la sublevación, pero no todos los puestos acataron la orden. La llegada de los primeros milicianos comunistas, anarquistas y poumistas marcó la división de la geografía aragonesas, fracturada por la guerra de norte a sur.

Principales batallas en el frente de Aragón
Principales batallas en el frente de Aragón

El frente aragonés se mantuvo prácticamente estable entre finales de julio de 1936 y marzo de 1938. Con todo, durante este tiempo se libraron en Aragón importantes batallas como el asedio a la ciudad de Huesca en agosto y octubre de 1936, así como en junio de 1937, en todos los casos con decepcionantes resultados para el esfuerzo bélico republicano. En agosto y septiembre de este mismo año, el ejército de la República batalló en Belchite en el ámbito de una gran ofensiva sobre Zaragoza. Teruel fue tomada por las tropas republicanas a finales de diciembre de 1937, pero volvió al dominio franquista con el apoyo del Cuerpo de Tropas Voluntarias italianas y la Legión Cóndor alemana, a finales de febrero de 1938. La caída del frente y el inicio de la ofensiva en el Ebro determinaron el final de la guerra en Aragón.

Marzo de 1938, caída del frente de Aragón. La Bolsa de Bielsa
Caída del frente de Aragón

El 8 de marzo de 1938, el general Yagüe puso en marcha la ofensiva definitiva en el frente de Aragón. Las tropas republicanas iniciaron al tiempo el repliegue en dirección a Cataluña. A finales de este mes prácticamente todo el territorio aragonés estará en manos del ejército sublevado. Sólo resistirá la 43 División al mando de Antonio Beltrán, «El Esquinazau», que protagonizará el episodio heroico conocido como la Bolsa de Bielsa. La guerra había terminado en Aragón, aunque comenzaba el tiempo de las represalias y los ajustes de cuentas que los vencedores infligieron con inusitada dureza contra los vencidos.
http://www.1936laserenalosmonegros.es/monegros/frenteara.asp

Militares sublevados



El general Miguel Cabanellas en su despacho de la Capitanía de Zaragoza. Colección particular, Huesca
Posición artillera en Estrecho Quinto. Huesca, finales de agosto de 1936. Colección Antonio Cobos Berges, Zaragoza
El general de Caballería Miguel Cabanellas Ferrer (Cartagena, Murcia, 1872-Málaga, 1938) logró la implicación de las guarniciones altoaragonesas de Huesca y Jaca, pero no pudo incorporar a Barbastro, cuartel dependiente de Cataluña al mando del coronel Villalba. Teruel no ofreció resistencia al golpe.

En la madrugada del 19 de julio de 1936, el general Cabanellas decretó el Estado de guerra en su jurisdicción militar. Inmediatamente contó con el apoyo de la Guardia Civil, con los miembros de Falange, Acción Ciudadana y grupos ultraderechistas como las Juventudes de Acción Popular.

En la provincia de Huesca, Barbastro y la zona oriental de la provincia se mantuvieron fieles al Gobierno legítimo. En el territorio de los Monegros sólo Perdiguera se incorporó al nuevo orden que nacía por la fuerza de las armas, imponiendo además un clima de represión y terror que la Iglesia bendijo de inmediato.

Las principales actuaciones de los militares sublevados tuvieron lugar en el entorno de la Sierra de Alcubierre y fueron protagonizadas por el comandante Nicolás de Arce Alonso, jefe del Regimiento de Carros número 2; la Bandera Móvil de Falange, mandada por Manuel Lostaló Vidal; el teniente coronel Gustavo Urrutia; y el coronel Antonio Civera, al mando de una circunscripción que tenía su cabecera en Zaragoza y comprendía los sectores de la Sierra de Alcubierre, Leciñena, Perdiguera, Villamayor y Alfajarín hasta el Ebro.

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Artilleros franquistas cargan una pieza en el frente aragonés. Postal. Edición homenaje, s.l., 1939
Distintivo en tela de la Bandera Móvil de Falange. Colección Comarca de los Monegros
Página manuscrita del diario personal de Manuel Lostaló, de campaña en la Sierra de Alcubierre. Colección Sorando, Zaragoza
Bombardeo sobre Alcubierre el 24 de junio de 1937. Colección particular, Zaragoza

Las milicias



Columnas de milicianos en el frente de Aragón
Distribución y composición de las columnas milicianas en noviembre de 1936. Comité de Defensa de Barbastro, noviembre de 1936. Madrid, Archivo Histórico Militar
Los milicianos llegan a los pueblos aragoneses a finales de julio de 1936. Colección particular, Madrid
Durruti en Bujaraloz, donde instaló su cuartel general. Colección particular, Huesca
Aragón revolucionario
Las columnas, bajo el mando de un jefe político al que asesoraba un militar profesional, provistas de armas, partieron hacia el frente de Aragón donde impusieron un nuevo orden revolucionario y colectivizado en los territorios bajo su dominio. Hombres y mujeres vistiendo el característico mono azul, se alistaron para combatir contra los militares golpistas. Los desfiles de despedida convirtieron las calles de Barcelona en una fiesta revolucionaria.

El objetivo inicial fue la toma de Zaragoza y hacia allí se dirigió el líder anarquista Buenaventura Durruti, acompañado por el comandante de Artillería Pérez Farrás como asesor militar. Durruti llegó a Bujaraloz el 25 de julio, pero su avance quedó frenado tres días más tarde en Pina de Ebro, donde la columna fue bombardeada. Antonio Ortiz, también anarquista, dirigió un contingente de mil voluntarios hacia Caspe.

Domingo Ascaso y Gregorio Jover partieron de Barcelona en dirección a Huesca, incorporando nuevos efectivos en Barbastro. También llegaron a esta misma ciudad fuerzas del PSUC y la UGT integradas en la columna «Carlos Marx», que se encaminaron a Grañén y Tardienta. Otra pequeña columna se hizo presente en este mismo teatro de operaciones, la columna «Lenin», también conocida como columna «Maurín», compuesta por militantes del POUM. «Los Aguiluchos», la columna «Pirenaica», la «Maciá-Companys» o en Teruel la «Torres Benedito», «Bujanda» o la «Columna de Hierro», detuvieron el avance franquista a finales de julio, conformando el amplio frente de Aragón.

En octubre de 1936, el Gobierno determinó por decreto la organización de un Ejército Popular de la República, estructurado en divisiones y brigadas mixtas, de acuerdo con el siguiente esquema para el territorio de Monegros:

  • Columna «Jubert»: 25 División (116, 117 y 118 B.M.) al mando de Antonio Ortiz .
  • Columna «Durruti»: 26 División (119, 120 y 121 B.M.), al mando de Ricardo Sanz .
  • Columna «Carlos Marx»: 27 División (122, 123 y 124 B.M.), al mando de Manuel Trueba Mirones.
  • Columna «Ascaso»: 28 División (125, 126 y 127 B.M.), al mando de Gregorio Jover.
  • Columna «Lenin»: 29 División (128 y 129 B.M.), al mando de José Rovira Canales.
  • Columna «Maciá-Companys»: División 30 (131 y 132 B.M.), al mando de Jesús Pérez Salas.


Muchos militantes anarquistas y poumistas no aceptaron la militarización de las columnas, creando enormes conflictos disciplinarios a menudo resueltos con la deserción o la imposición férrea del decreto en las nuevas filas divisionarias.

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Campesinos colectivizados. Colección particular, Madrid
El responsable del POUM Manuel Grossi, con gorrillo, en Grañén. Colección particular, Huesca
Panfleto. Colección Comarca de los Monegros