Retrato de un general
anarquista
La carrera Militar del
Mayor General Miguel García Vivancos
Autor: William Runacre Original en:
Miguel García Vivancos era un activista anarquista antes de la
guerra civil española, y había sido miembro del grupo de afinidad Los
Solidarios en los años 20 junto con los más famosos anarquistas españoles
como Buenaventura Durruti, Juan García Oliver, Gregorio Jover y Francisco
Ascaso. Abandonó este grupo en 1930 y rechazó volver a formar parte de él más
tarde en los años 30, cuando García Oliver quiso reformarlo, ya que no quería
pertenecer al mismo grupo que Durruti, quien creía era poco cooperativo y
demasiado impulsivo. A primeros de 1936 actuaba como mediador en las
discusiones entre
García Vivancos estaba en Barcelona cuando el ejército se
sublevó contra el gobierno, y estuvo implicado en la supresión de la rebelión
allí el 19 de julio. Él participó en reuniones el 20 y 21 para planificar la
estrategia para el avance sobre Aragón, y obtuvo el transporte para el
destacamento de 60 hombres de la CNT que salió de Barcelona a finales de mes
para estimular a los anarquistas de Valencia para la realización de un asalto
decisivo sobre las tropas rebeldes que todavía resistían en la ciudad. Como
él había trabajado como taxista, pasó las pocas semanas siguientes como
chófer de García Oliver.
A mediados de agosto García Oliver le pidió a él y a Gregorio
Jover que ayudaran en el reclutamiento de una fuerza de entre diez y quince
mil anarquistas para lanzar una ofensiva decisiva para abrir una brecha en el
frente Nacionalista de Aragón. El diario de CNT de Barcelona, Solidaridad
Obrera, hizo una llamada el 19 de agosto para pedir voluntarios que se
unieran a "la Columna de Los Aguiluchos " que había sido organizada
en los cuarteles Bakunin. Lamentablemente para ellos, su plan chocaba con el
importante obstáculo de que los sindicatos de la CNT sólo darían permiso a
sus miembros de entre 16 y 18 años para unirse a esta columna, ya que se
tenía miedo de que la partida de un número más grande de sus miembros de
Barcelona privara a la industria de guerra de mano de obra y dejara a la CNT
de Barcelona privada de miembros más activos.
Tanto García Oliver como García Vivancos quedaron disgustados
por la decisión de los sindicatos, y el último sugirió que aunque el rechazo
de los sindicatos a liberar a sus miembros les impidiera organizar la fuerza
decisiva que ellos habían planificado, ellos deberían organizar una columna
que pudiera incorporarse a una unidad anarquista que ya estuviera en el
frente. Así el reclutamiento siguió adelante y el 28 de agosto la columna fue
al frente. Ésta salió de los cuarteles Bakunin y abarrotó la Vía Layetana con
el vuelo de banderas rojinegras, pasó por la Casa CNT - FAI, y recibió un
oficial enviado por el General Aranguren, jefe de la Guardia civil, quien
presentó a García Oliver cuatro ametralladoras. El departamento de propaganda
del Comité de Milicias Anti-fascistas catalán estaba también presente, ya que
era Juan Pens, el delegado de Esquerra del comité
La columna tenía 1500 miembros (de los que más de 200 eran
mujeres), y tenía al Capitán José Guarner como consejero militar (a quien
Vicente Aranda dedicó su película "Libertarias"). La columna estaba
armada con rifles y algunas ametralladoras, y tenían varios vehículos
blindados de apoyo (más vehículos blindados llegaron pronto, después alcanzar
el frente, incluyendo uno hecho especialmente para García Oliver por la
fábrica Hispano-Suiza) .Considerando que el reclutamiento sólo había sido
anunciado el 19 y la columna dejó Barcelona el 28, no hubo mucho tiempo para
entrenar a sus miembros, ni para que se acostumbraran a las incomodidades de
la vida militar, como pronto se hizo evidente.
La Columna salió de Barcelona por tren y viajó hasta Grañén en
la provincia Huesca donde ellos pasaron la noche en un bosque. Los vecinos
les aconsejaron refugiarse allí ya que éste era un buen lugar para dormir y
proporcionaría cobertura por la mañana a la observación de aire, aunque los
líderes de la columna fueron acogidos en el pueblo mismo.
En su autobiografía García Oliver relata cómo él fue
interrumpido, justo cuando se preparaba para comer, por García Vivancos que
le anunció que tenían un motín entre manos. No había sido posible cocinar una
comida caliente y por lo tanto fue distribuída una ración fría. Muchos
miembros de la columna se quejaron de esto, ya que como luchadores por la
revolución social creían que merecían más. García Oliver decidió que sería
mejor no reaccionar ante sus quejas, y después de haber comido sus propias
raciones frías se instaló en los bosques con unos compañeros armados. Allí
habló a los milicianos y milicianas reunidos y les dió la posibilidad de
dispararle por la espalda. A pesar de muchos refunfuños ellos rehusaron hacer
nada y más tarde se calmaron. Aunque este arrebato fue fácilmente resuelto,
mostraba que la columna todavía tenía un largo camino antes de convertirse en
una unidad militar eficiente.
De Grañén la columna continuó a Vicién que era la posición
anarquista más cercana a Huesca. Aquí fueron recibidos por Domingo Ascaso y
Cristóbal Aldabaldetreco de la columna Roja y Negra. Esta columna cubría
Barbastro, Grañén y Vicién, y Los Aguiluchos tomó posición junto a ella. La
caliente bienvenida y la ayuda que recibieron de los miembros más
experimentados de la columna Roja y Negra ayudaron a acostumbrar a Los
Aguiluchos a las incomodidades de la guerra. La columna entonces hizo del
Castillo de Vicién su base. Esta era una granja grande con algún refugio
antiaéreo importante en las cercanías que había sido construído por Valero,
un trabajador de la construcción de la CNT.
Después de instalarse tuvo lugar una reunión entre Ascaso y
Aldabaldetreco porque las cosas no iban bien en su parte del frente debido a
que las columnas no cooperaban con eficacia. Aunque las milicias no se
retiraban, eran incapaces de lanzar una ofensiva de gran escala, de ahí que
estaban empantanadas. En esta reunión se decidió dividir la columna en dos,
con García Vivancos en el mando de la primera que debía actuar como avanzada.
Recibieron algunos vehículos de Damians (alias Pancho Villa), incluyendo
algunos coches de bomberos.
La línea de combate ha sido bombardeada por un ataque aéreo
Nacionalista que atacaban siempre que veían signos de movimiento. Para evitar
esto se pusieron centinelas para vigilar a la aviación enemiga, y si veían
campanas de alarma avisaban para que todos tuvieran tiempo para ponerse a
cubierto. Los Aguiluchos estaba en la proximidad del Batallón italiano
Malatesta, y una tarde cuando García Oliver había sido invitado a una comida
por Carlo Rosselli, el líder del batallón, las reservas y el transporte de la
unidad que estaban situadas en un bosque fueron bombardeados y machacados por
los Nacionalistas. Los conductores y sus ayudantes sufrieron muchas pérdidas;
García Oliver describió los bosques como una escena dantesca con muchos
muertos colgando de las cabinas de sus camiones. Luego se descubrió que un
simpatizante Nacionalista colocaba botellas de cristal que brillaban en los
objetivos elegidos, y un buen número de ellas fue encontrado en las ramas de
los árboles en el bosque atacado.
El coronel Villalba convocó a una reunión a todos los líderes
de las columna del frente de Huesca en donde se decidió lanzar una ofensiva a
las 05.00 de la mañana siguiente en todo el frente. Esta operación fue un
fracaso total ya que el asalto más grande no comenzó hasta las 07.00, con todos
los demás ataques a las 08.00. Sin embargo, para entonces el Capitán Medrano
quien daba apoyo artillero se había quedado sin municiones.
García Oliver fue llamado a Barcelona por Mariano Vázquez,
secretario regional de la CNT, y se marchó con la moral baja ya que sentía
que su plan original de traer una unidad grande y fresca al frente para hacer
una brecha decisiva había fallado. Dejó a Gregorio Jover al mando de la
columna con García Vivancos como segundo.
Fue en septiembre de 1936 cuando García Vivancos comenzó una
campaña a favor de la militarización, y en esto recibió el apoyo de la
mayoría del batallón que mandaba. Sin embargo tuvo que expulsar a un miembro
de un grupo "puritano" quien, coherentemente, se resistía a su
autoridad. Muchas discusiones tuvieron lugar en la columna, con García
Vivancos y Jover presionando por la militarización. El principal opositor a
la militarización en el frente de Huesca era Domingo Ascaso, cuya columna no
fue militarizada hasta febrero de 1937. Con la entrada de Los Aguiluchos en
el Ejército Popular él fue colocado al mando de la 125 brigada mixta, que ha
sido formada con las anteriores columnas de Ascaso, Los Aguiluchos y Roja y
Negra. Sus problemas principales en esta época fueron con los testarudos
anarquistas que seguían oponiéndose al proceso de militarización, sobre todo
en el Batallón Malatesta.
Tuvo éxito en persuadir a la 29 división del POUM para que no
fuera del frente a Barcelona durante los Sucesos de mayo, así como a sus
propias tropas que quisieron ir allí a luchar contra los Comunistas. Con
Ricardo Sanz y Gregorio Jover, los comandantes de las divisiones 26 y 28,
contribuyó enormemente al mantenimiento del frente de Aragón mientras la
lucha estallaba en Barcelona. Durante el verano influyó en la 29 división
para que expulsara a algunos miembros que todavía se resistían al proceso de
militarización, aunque se opuso a la orden de disolver el POUM.
En el verano de 1937 su unidad luchó en las batallas de
Belchite y Fuentes de Ebro, donde encontró que Antonio Ortiz era poco
cooperativo. Cuando el General Pozas, jefe del Ejército del Este decidió
quitar a Ortiz del mando de la 25 división, situó en su lugar a García
Vivancos. En línea con la práctica común entonces, el nombramiento por Pozas
de García Vivancos se remitió al comité nacional de la CNT, que aceptó su
recomendación y permitió que Ortiz fuera sustituido. En diciembre de 1937 la
25 división estaba en posición para el ataque republicano sobre Teruel como
parte del XXII Cuerpo de Ejército dirigido por Ibarrola, un devoto católico y
oficial de la Guardia civil quien había luchado en la campaña del norte y
tenía una buena relación con los Comunistas. Otra unidad en el cuerpo era la
11 división Comunista de Enrique Lister. En estas fechas la 25 división
estaba considerada como una unidad veterana y experimentada, pero los días de
toma de decisiones democrática se habían ido.
Esta vez sólo los líderes superiores conocían el plan de
campaña, y la división se reunió para la ofensiva en Corbalán, Escriche y
Cedrillas. El ataque fue lanzado al amanecer del 15 cuando las brigadas 116 y
117 dejaron Tartajada para asaltar las posiciones Nacionalistas de delante de
ellos. Aunque encontraron una fuerte resistencia, ellos estaban en posesión
de la primera línea de defensas Nacionalistas para la noche.
Pasaron el 16 de diciembre consolidando sus flancos, aunque
veían seriamente obstaculizados sus esfuerzos por el viento y la nieve. La
unidad no estaba preparada para el tiempo frío, y cuando las tropas estaban
en movimiento encontraban pocos refugios de los estragos del clima. Durante
el 17 atacaron el cementerio de Teruel con el apoyo de 20 tanques rusos T-26,
aunque sólo lograron tomar dos posiciones enemigas. Los fallidos ataques del
día siguiente fueron lanzados sobre el cementerio de Teruel y la Ermita de
Santa Bárbara, con estas posiciones Nacionalistas ahora bajo el fuego
constante y ataques intermitentes.
El 19 la división avanzó entre La Masía de Santiago y el viejo
cementerio de Teruel. A pesar de fracasar en ocupar la última posición, sus
tropas delanteras estaban ahora a sólo un kilómetro de las afueras de Teruel.
Por la noche una brigada había sido retirada a la retaguardia para descansar,
y la artillería fue reorganizada en preparación para el ataque principal
sobre la ciudad, aunque éste hubiera sido aplazado hasta el 21 debido al mal
tiempo.
El combate del 21 duró todo el día y en la noche los
anarquistas intentaron tomar las posiciones Nacionalistas de las afueras de
la ciudad, incluyendo la Ermita y Cerro de Santa Bárbara, El Mansueto y los
cementerios nuevo y viejo, aunque sólo el éste fue capturado. Al día
siguiente su ataque fue temporalmente detenido cuando ordenaron al XXII
Cuerpo que se defendiera de los contraataques Nacionalistas del norte. Al mismo
tiempo la 40 división de Carabineros conducida por el comandante anarquista
Nieto avanzaba al norte a través de Teruel mismo, aunque fue incapaz de
unirse a la 25 división debido al control Nacionalista del cementerio nuevo y
El Mansueto.
El XXII Cuerpo pasó el 23 barriendo las posiciones
Nacionalistas en su retaguardia, y alcanzó algunos éxitos notables por la
mañana, la Ermita de Santa Barbara cayó a las 05:55, el cementerio nuevo a
las 06:05, la colina 989 a las 07:55, y El Mansueto a las 10:10. Estos éxitos
les permitieron unirse a la 40 división, aunque esto condujo a algún
conflicto entre ellos sobre el material capturado.
La división de García Vivancos fue dividida el 28 de diciembre
según la 116 brigada reforzaba a la 39 división y las brigadas 117 y
García Vivancos recibió la orden de Ibarrola de sostener estas
posiciones a cualquier precio. El 31 la división sostuvo la línea entre
Villaespesa y el cementerio viejo en conjunción con la 40 división, mientras
la 11división era reorganizada en el área de Alfambra y Villalba Baja. Las
temperaturas en estos días habían caído a 18-20 grados bajo cero y las
condiciones glaciales pasaban factura a la salud de la gente. El 31 de
diciembre hubo 58 amputaciones de pies y manos sólo en la división de Lister.
Fue en este día cuando Lister rechazó enviar una brigada a la línea de
combate aunque Ibarrola se lo ordenó hacer así.
El 2 de enero la 61 división Nacionalista lanzó un ataque y
logró hacer retroceder a una brigada de la 25 división y a otra brigada de la
68 división, ambas retirándose en desorden. Un batallón de Guardias de Asalto
fue traído al frente y esto logró contener el avance Nacionalista. El 6 los
hombres de García Vivancos defendían el cementerio viejo contra los feroces
ataques Nacionalistas, aunque ellos y las tropas de Lister estaban siendo
echados de la línea de combate cuando los Nacionalistas reconquistaron
Teruel. Aunque la batalla de Teruel fuera un fracaso para fuerzas
Republicanas, la responsabilidad del fracaso de la 25 división de defender
las ganancias no fue de García Vivancos, ya que le habían dado una tarea
imposible.
La 25 división permaneció como parte del XXII Cuerpo, y las
otras unidades anarquistas en el Cuerpo eran ahora las divisiones 28 y 66.
Cuando ordenaron a la división para re-entrar en la línea en Valdecebro en
respuesta a una ofensiva Nacionalista que comenzó el 17, Saturnino Cared, el
comisario político de la división, rechazó refrendar la orden ya que la
división carecía de armas y equipo. García Vivancos explotó en esto y
golpeando la mesa gritó esto: " si no hay ningún arma lucharemos con
palos y piedras, con nuestras uñas. Esta orden tiene que ser obedecida.
" Mientras ellos discutían llegó la orden de hacer un informe a la
oficina central. Cared se aplacó y fue a la oficina central. Le dijeron que
él sólo recibiría suficientes armas para re-equipar la división si aceptaba
unirse al Partido Comunista. Como lo rechazó no recibió ningún arma, y
lamentablemente para la 25 división el único depósito de suministros en donde
ellos podrían haber obtenido algunas armas, fue capturado por los
Nacionalistas antes de que ellos pudieran alcanzarlo.
Cuando la 117 brigada volvió al frente sin haber tenido el
tiempo para descansar o reorganizarse fue destruída en un ataque aéreo
Nacionalista. La brigada fue reforzada con 600 nuevos reclutas, aunque ésta
había recibido tal paliza que aún entonces sólo tenía 1831 hombres. Estos
nuevos reclutas sólo sabían marchar en orden en fila y no habían aprendido
aún cómo disparar un fusil o lanzar una granada de mano. No había bastantes
rifles para todos y de los que habían había muchos en malas condiciones.
La 25 división sufrió severamente las retiradas de marzo 1938
y fue enviada a la, más tranquila, región centro-sur para recuperarse, donde
formó parte del XVII Cuerpo. García Vivancos entonces fue quitado del mando y
sustituido por Eusebio Sanz. Durante su carrera militar García Vivancos fue
una importante fuerza motriz para militarizar a las milicias, y también ayudó
a mantener la disciplina en el frente de Aragón durante los Sucesos de mayo.
El general Lister les describió a él y a otros anarquistas que lucharon junto
a él como " magníficos y disciplinados ". Fue grandemente elogiado
por el General Pozas, quien alabó su conducta en las batallas de Belchite y
Fuentes de Ebro. Posiblemente los sentimientos más fuertes vinieron de Emma
Goldman quien lo conoció durante sus viajes a la República española. Ella lo
describió como " un líder nato " que era " enormemente querido
por sus hombres ". Quizás sus aclamaciones fueron demasiado lejos cuando
ella lo describió como el héroe de Belchite y el hombre que capturó Teruel,
aunque sin duda él hiciera una gran contribución al esfuerzo Republicano en
ambas batallas.
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